El colesterol presente en las membranas de las células puede interferir en la función de una importante proteína de las membranas cerebrales, mediante una interacción desconocida hasta el momento.
Un estudio liderado por expertos del
Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y del Hospital
Charité de Berlín (Alemania) demuestra, por primera vez, que el colesterol
presente en las membranas de las células puede interferir en la función de una
importante proteína de las membranas cerebrales, a través de un modo de
interacción desconocido hasta el momento.
En concreto, el trabajo publicado en
Nature Communications revela que el colesterol es capaz de regular la actividad
del receptor de adenosina, invadiendo su interior y accediendo así a su centro
activo. Esto permitirá idear nuevas formas de interacción con estas proteínas
que, en un futuro, podrían convertirse en fármacos para tratar enfermedades
como el alzhéimer.
El receptor de adenosina pertenece a
la familia de las GPCRs (receptores acoplados a proteínas G), una amplia
familia de proteínas ubicadas en la membrana de las células, que son clave en
la transmisión de señales celulares y en la comunicación entre células. De ahí
que las GPCRs estén involucradas en la mayoría de procesos fisiológicos
relevantes, incluyendo la interpretación de estímulos sensoriales como la
visión, el olor o el gusto, la regulación de la actividad del sistema inmune e
inflamatorio o la modulación del comportamiento.
“El colesterol es un componente
esencial de las membranas neuronales donde residen, entre otras proteínas, las
GPCRs. Curiosamente, los niveles de colesterol de la membrana están alterados
en enfermedades como el alzhéimer, donde tanto GPCRs como el receptor de
adenosina desempeñan un papel clave”, explica Jana Selent, coordinadora del
grupo de investigación en desarrollo de fármacos en base a receptores acoplados
a proteínas G del GRIB, programa conjunto del IMIM y la Universidad Pompeu
Fabra (UPF).
“Este estudio muestra por primera
vez que el colesterol puede ejercer una acción directa sobre esta importante
familia de proteínas en membranas neuronales, las GPCRs, y establece las bases
de una vía de interacción entre la membrana celular y estas proteínas
completamente desconocida hasta el momento”, añade la investigadora.
Hasta ahora se creía que el
colesterol de membrana podía regular la actividad de estas proteínas mediante
dos mecanismos: alterando las propiedades físicas de la membrana o uniéndose a
la superficie de la proteína. En ambos casos, se pensaba que el colesterol solo
podía ejercer su acción moduladora desde fuera de la proteína.
Referencias:
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